Pataletas - En el supermercado
- Field Consultas
- 3 mar 2018
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 7 abr 2018
Si vas a un supermercado…

Ir de compras con niños pequeños o medianos, tiene toda una serie de complicaciones. Debemos preocuparnos no sólo de llevar las cosas en la lista y tratar de gastar lo menos posible, sino que también evitar que los niños se pierdan o tengan berrinches.
Si bien no hay una receta infalible para lograr que una mañana o tarde de compras sea exitosa, si existen algunos trucos para mantener a los chicos ocupados y por ende con buen comportamiento.
1. El horario
Escoge el mejor horario para salir con ellos. La hora de la siesta es sagrada y debe ser respetada, no quieres un pequeño cansado y con berrinches cuando todavía te faltan la mitad de los productos. Evita ir cerca de las horas de comida, ya que el hambre se les despierta aún más en el supermercado y deberás enfrentarte a ruegos por un snack que se les antojo en ese momento.
Si sabes que ha sido un largo día y no ha querido comer nada desde la hora del almuerzo, espera hasta la mañana siguiente para ir al supermercado. Si no es una opción, trata de involucrar a tu hijo al ir de compras de manera rápida. ¡Recuerda lo pequeño que es y que todavía está aprendiendo a ser paciente!
2. Estrategia
Si nos demoramos lo menos posible, las posibilidades de que los chicos se alteren al estar cansados o aburridos son menores. Al hacer tus lista, ordena los productos por pasillo. Al ir sacando las cosas en orden, evitarás olvidos que te hacen volver a recorrer medio supermercado para encontrarlos.
Si buscas ofertas, revisa en Internet o diarios el catálogo del super, con las ofertas correspondientes a esa semana. Mientras menos tiempo pases en el supermercado, mejor para todos.
Encomiéndales tareas de acuerdo a su edad. Los más pequeñitos pueden ayudarte a escoger el pan, mientras que los mayores pueden estar encargados de buscar cosas. Cuando llegues al pasillo correspondiente, dale la tarea de buscar cierto producto, describiendo marca y cantidad, verás como se mantienen de lo más ocupados y colaboradores, los niños, siempre están felices de sentirse “grandes” siendo los ayudantes de mamá.
3. Las reglas claras de antemano
Antes de poner un pie en el supermercado, explica que no les comprarás nada de lo que pidan o si deseas premiarlos, indicar que podrán escoger un caramelo, pegatinas o juguete pequeño, si es que se comportan hasta el final de la compra, al final tu decides no siempre habrá dinero para comprar todo lo que desean.
Una ida al supermercado bien planificada, tiene menores posibilidades de terminar mal; niños cooperadores más una madre tranquila, resultan en una experiencia agradable para ambos.
4. Ten un plan
Anticipante a lo que pueda suceder comenta la situación con tu hijo o hija por adelantado.
Por ejemplo: "Luisito, las últimas veces en el supermercado, hemos tenido problemas en la “vecindad de las cajeras”,de ahora en adelante, esto es lo que vamos a hacer para evitar dificultades: Cuando lleguemos a la caja te permitiré que elijas un sobrecito de gomitas si te has portado “bien”. Pero si te portas mal en el supermercado o te pones a llorar y a gritar porque quieres otra cosa o quieres más, entonces no te compraré nada y la próxima vez que yo vaya para la tienda, tú te quedas en casa. Ahora dime que es lo que vamos a hacer." (El niño te debe repetir lo que le explicaste.)
Debemos considerar que niños con dificultades del desarrollo, algunas veces no entienden instrucciones verbales. Esos niños quizás puedan repetir las instrucciones pero aún así se les hace difícil convertirlas en acciones. Si este es el caso, trata de construir un cartel que visualice lo que tú quieres que suceda. Recorta figuras de magazines o haz un dibujo que te ayude a explicarle a tu Hijo(a). Puede que el niño(a) comprenda mejor si él o ella ve una imagen en adición a las instrucciones verbales.
Los niños necesitan afirmación positiva y negativa. Aunque es una buena idea ofrecerle un sobrecito de gomitas si se porta bien en el supermercado, también es bueno que comprenda que si se comporta de manera inaceptable habrá un castigo en efecto.
Encamina a tu hijo(a) para que triunfe, y no a que falle. Trata de ocupar a tu hijo(a) mientras haces tus compras; “Alex, búscame una caja de avena.” y trata de concluir tus compras lo más pronto posible. ¡Recuerda lo pequeños que son los niños y que tan solo comienzan a aprender acerca de la paciencia!
Si estás en un lugar público cuando sucede una pataleta, algunas veces la mejor solución es simplemente salir, aunque tengas que cargar a tu niño pateando y gritando. Mantén tu calma y recuerda que el origen del comportamiento del niño es un sitio de enormes emociones, y no de razones.
Una pataleta, no es manipulación a menos que tú permitas que sea eso. A menudo, una pataleta no es a razón de los eventos que acaban de ocurrir; puede ser el escape de frustraciones reprimidas por días como resultado de la lucha por hacer lo correcto, y aprender a ser una personita sociable.
Finalmente, nunca reprendas a tu hijo por lo que hizo mientras estés enojado o enojada. Cálmate y después explícale con claridad cómo falló y cómo se puede mejorar en el futuro. Si es necesario deja que él o ella misma juzguen la situación.
Historia de una pataleta en el supermercado

Al hacer las compras, a los niños se les da por pedir todos los dulces y juguetes que ven, cuando la respuesta es “No”, empiezan a gritar y patalear para lograr su objetivo.
En casa, cuando el niño hace pataletas usted simplemente lo ignora y él llora hasta que se cansa. Luego viene el sueño por tantas lágrimas y cuando se despierta es probable que ya todo esté olvidado.
Pero imagínese esta escena: mientras hace las compras, su hijo va dentro del carrito y de pronto se obsesiona con un cereal de figuritas que acaba de ver. Cuando usted se lo niega, porque no hay dinero y no se puede comprar todo siempre, él lanza un quejido que llega hasta el sótano del supermercado y empieza a llorar de la forma más inconsolable, por supuesto, usted pasa a ser la Mamá o el Papá más desnaturalizado del planeta.
¿Qué haria en esa situación para calmar la situacion?
a. Le grita más duro para que él, asustado, se calle.
b. Lo baja del carrito y lo deja botado en el piso hasta que se canse de llorar.
c. Le da un jalon para que se controle.
d. Calmadamente se retira y a solas conversan.
Respuesta. Si usted eligió la opción ‘d’ está en lo correcto.
Pasos por seguir en el supermercado

Volvamos a la escena del niño(a) que grita mientras los padres compran los víveres. Aunque en la mayoría de los casos se recomienda no hacerle caso, en esta situación los padres deben mirarlo fijamente a los ojos del niño(a) y decirle algo como: “Yo no voy a hablar contigo en esos términos, cuando te calmes sí te puedo escuchar”. El niño debe sentir que la mamá es la que manda.
Lo más importante es no ceder a las peticiones ante el berrinche, porque lo que está haciendo es reforzar esa conducta agresiva e inapropiada.
El niño(a) “siempre quiere tener satisfacción inmediata, tiene cero capacidad de espera y de frustración.
Entonces, ¿qué hacer?

Cuando el niño(a) está gritando, la mamá debe “establecer límites que se deben poner sin dar muchas explicaciones, ni ir más allá, de manera que el niño sienta que la que manda es la mamá; pero a nosotros nos da miedo mandar, ser fuertes y ejercer autoridad, frustrar al niño, decirle cosas que lo puedan herir; por eso, nos manejan terriblemente con el llanto.
La mamá empieza a dudar ― Esa fisura el niño la detecta claramente y por ahí se ‘sube’ y es cuando tiene un poder enorme sobre nosotros.
Pero si usted se pone a gritar igual que el niño, le va a dar un patrón de comportamiento errado. Si papá y mamá gritan, por qué no puede hacerlo yo, dirá el niño.
En este caso, no se debe ignorar al niño como en la casa, porque puede tirarse al suelo, golpearse la cabeza, salir corriendo y atravesar la calle o romper objetos.
“El siguiente paso es contenerlo. Si es un niño más pequeño hay que cargarlo y abrazarlo fuerte; si está en el coche, amarrarlo. Si es más grande, la mamá puede sentarse en el piso con él, abrazarlo o tomarlo por los hombros.
Cuando ya está más calmado, debe tener la capacidad de contenerlo, de decirle no te puedo comprar eso. ¿Ya te calmaste, te tranquilizaste?
Acogerlo, después de la angustia con la que el niño queda tras un episodio de esos, y siempre decirle: te quiero mucho, yo puedo ponerme brava contigo, pero siempre te voy a querer”.

Sin embargo, si el niño no deja de llorar se recomienda retirarse del lugar pero siempre observándolo sin que se de cuenta. Por ningún motivo inflija un castigo físico, porque el niño se va a sentir incomprendido, con rabia y con mayor irritabilidad.
Papás preparados en todo lugar

Recuerda siempre, cada niño es diferente y también lo es cada situación. Cada niño responde a un método disciplinario diferente. Intenta algunas cosas diferentes y ve cuál parece funcionar, cuando los adultos están bien capacitados para manejar la situación, los buenos resultados se reflejan inmediatamente en sus hijos.
Una pataleta como la que acabamos de nombrar, en el supermercado o en cualquier sitio público, puede ser la extensión de no haber controlado la situación a tiempo cuando se presentó en la casa. Los niños saben que en un sitio lleno de gente, sus padres están impedidos para actuar de la misma forma que en un ambiente privado, lo perciben y simplemente los manipulan.
Establecer jerarquías
Los padres tienen que hacerle entender al niño que ellos son los que mandan. No pueden obedecer ciegamente cuando el pequeño les dice: “tráigame algo” o "quiero esto". Se les debe enseñar a que pidan el favor, cuando ellos sean autoritarios, los padres tienen que ignorar esas actitudes.
Aplicación de premio y castigo
Si el niño tiene una conducta correcta y adecuada debe premiársele, abrazarlo, besarlo, reconocer sus logros. Pero si no tiene la mejor actitud, se deben ignorar sus conductas inapropiadas, ser indiferentes y no sobreprotegerlos, es decir, permitirles que ellos hagan las actividades que pueden hacer por sí mismos, sin su ayuda.
A tomar en cuenta
No cedas solo para evitar pasar vergüenza, lo cual también le enseña al niño a actuar en frente de una multitud. Si bien puedes sentir que todos los ojos están puestos sobre ti cuando tu hijo hace una pataleta en público, la realidad es que la mayoría de los espectadores están pensando “¡Ponlo en su lugar!” cuando vean que estás estableciendo límites razonables para tu hijo.
Como padre, no tienes que aceptar los comportamientos groseros o hirientes y debes establecer límites, pero sé consciente de lo que es normal para la edad de tu hijo. Recuerda que esta etapa pasará. Tu trabajo es guiar y amar a tu hijo a través de ella; no forzarlo a pasar a la siguiente etapa.
Si alguna responsabilidad de pago te agobia (facturas, hipoteca), un niño gritón no hará que tu vida sea más fácil. Retirate y ve a un lugar en donde sientas que puedes desfogar o contener tu ira. Recuerda que bajo ninguna circunstancia debes descargar tu enojo con el niño, ya que tus circunstancias difíciles no son culpa de él.
Nunca te rindas ante tu hijo (durante una pataleta). Esta es una señal de que ha ganado y que tiene el control. Aprende cómo manejarlo en casa y tendrás menos oportunidades de que te avergüence en un lugar público. Tal vez puedas “ceder” en cuestiones pequeñas, lo cual le dará una sensación de mayor control y reducirá las pataletas cuando se dé cuenta de que estar calmado tiene su recompensa.
No hagas costumbre en proporcionarle una distracción (como una goma de mascar) para que deje de hacer la pataleta. Enséñale a tu hijo a no hacer pataletas y desarrollará más rápido otros mecanismos de afrontamiento. Sin embargo, algunos niños pueden tener pataletas debido a que son más emocionales. Al igual que los adultos, algunos niños son calmados y otros son más dramáticos. Una buena pataleta libera la energía acumulada, la frustración, la ira y otras emociones...Es natural.
Dependiendo de la situación, si necesitas poner a tu hijo en tiempo fuera, hazlo. Nunca está bien golpearlo. Usar el castigo fisico por su “pataleta”, solo le enseñas a usar la fuerza física sobre los demás (bofetadas, patadas, puñetazos, etc.).
Algunos niños pueden tener pataletas debido a que son más emocionales. Al igual que los adultos, algunos niños son calmados y otros son más dramáticos. Una buena pataleta libera la energía acumulada, la frustración, la ira y otras emociones...Es natural.
Cada niño es diferente y también lo es cada situación. Este artículo no es la solución para cada pataleta. ,Papá y Mamá Tú tienes el control. Mantén la calma. Si te das cuenta de que estás enojado, molesto, frustrado, irritado, etc., entonces trata de salir de esa situación y calmarte antes de intentar calmar al niño enojado.
Recuerde que solo la perseverancia y la constancia son las mejores herramientas que ayudaran a corregir a su niño y que el respeto se basa en la confianza y la comunicación mas no en el temor.
Si le enseñas a tu hijo a reprimir sus emociones, ¡estás creando un adulto que no será capaz de expresar sus sentimientos!
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