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  • Foto del escritor: Field Consultas
    Field Consultas
  • 6 ene 2018
  • 6 Min. de lectura

Actualizado: 7 abr 2018

Identifica

Averigua primero que es lo que causa las pataletas, se puede deber a hambre, cansancio o enfermedad, hay que descartar todas estas alternativas y a partir de ello, elabora tu estrategia para controlarlo.

Observe bien, no confundirse el llanto común y periódico no es una pataleta, debe tratarse en forma diferente, cada aprendizaje especifico tiene una edad para aprender, el aprendizaje de normas y formas de comportamiento deben empezar a reforzarse en el niño alrededor de los 7 meses, cuándo ya es capaz de entender lo que es bueno y malo.


Mantén siempre la calma.

Por que tú como padre tienes el deber de mantener el control de la situación.

Paciencia, a medida que tu niño crezca podrá manejar mejor las cosas. Eso significa que tendrá menos frustración extrema en su vida diaria. También podrá conocer y comprender más, y su vida tendrá menos novedades que lo asustan. A medida que pierde el miedo, dejará de necesitar tanta reafirmación de ti y gradualmente aprenderá a hablar libremente, no sólo acerca de las cosas que puede ver frente a él, sino acerca de las cosas que está pensando e imaginando.


No ignores ciertos comportamientos.

Aplica cero tolerancia a conductas como golpear morder patear o lanzar cosas.




Estimular el diálogo.

Con la ayuda del lenguaje también distinguirá entre fantasía y realidad. Una vez que llegue a este punto, podrá ser capaz de ver que la mayoría de sus peores miedos no son ciertos, y que la mayoría de las exigencias y restricciones que tú le impones son razonables.

Se convertirá un ser humano razonable y comunicativo. Simplemente dale un poco de tiempo. El día día hará que el niño vaya aprendiendo lo que se le enseña sólo tenemos que tener paciencia y estar con él para guiarlo.


Jugar con los hijos.

Elimina tensiones, crea lazos cordiales y un clima armonioso.

Además de un placer, una necesidad beneficioso para ambos. Para los padres, porque el juego les permite conocer mejor a los niños, les ayuda a enseñarles valores y formas de actuación, refuerza su vínculo con ellos... Para los niños, porque a través de esta herramienta aprenden, se desarrollan mejor, ganan en tolerancia, imaginación y felicidad. Y para toda la familia, porque un rato de diversión compartida es la mejor arma contra el estrés.

Bastan 10 o 15 minutos diarios de juego familiar para que los niños empiecen a conseguir todos sus beneficios.

el juego familiar crea un escenario de comprensión y comunicación que potencia el aprendizaje espontáneo del niño.


Reforzar las relaciones

A través de actos espontáneos de afecto, tales como un beso, un abrazo o frases como "Qué bueno eres", "Eres buen hijo(a)" "Confío en ti", etc.

Es válido también premiar los logros del pequeño(a) con dulces o juguetes, pero no se debe atender más lo material que lo emocional.


Los vínculos afectivos que se crean los primeros años de vida son esenciales en la construcción de nuestra identidad y nuestro equilibrio emocional. Aunque el niño o la niña al nacer dependa totalmente de sus cuidadores, a medida que crecen y se hacen más autónomos siguen necesitando su afecto y apoyo incondicional. La imagen que vamos construyendo de nosotros mismos es el reflejo de lo que nuestros seres más queridos nos devuelven y condiciona las relaciones que tenemos con los demás, nuestra autoestima y la forma de afrontar los problemas. Un vínculo afectivo sano con tu hijo o hija garantizará relaciones futuras de confianza, procurará en el niño o niña mayor seguridad en sí mismos y servirá de “salvavidas” cuando surjan los conflictos. Permite que el niño o la niña desde pequeños desarrollen esquemas mentales en los que asocie a sus padres con sentimientos de seguridad, afecto y tranquilidad, percibiendo así el mundo como un entorno amable y poco amenazante.



Evitar los castigos y los golpes

El castigo tiene grandes desventajas, es uno de los peores métodos que los padres podemos usar. El castigo físico lastima al niño y el castigo emocional, como humillarlo o amenazarlo, puede limitar su inteligencia y además disminuir seriamente su autoestima y seguridad. Los castigos severos producen frustración, enojo, deseos de venganza, miedo y resistencia a colaborar. El castigo impide sólo temporalmente una conducta. En cuanto desaparece la vigilancia, el niño vuelve a hacer lo mismo.

Papá y Mamá Aprende a utilizar “La Disciplina Positiva” constituye un método mucho más adecuado tanto para los padres como para el niño, al partir de la premisa de que las relaciones entre padres e hijos deben basarse en el cariño y el respeto mutuo. No se trata de ser permisivos (ni excesivamente autoritarios), sino de ser firmes respetando los sentimientos y necesidades de unos y otros. Dar preferencia al respeto .

Minimice la necesidad de decir "No"

Reorganice su casa, de forma tal que aquellos objetos o adornos que no quiere que el niño toque, estén fuera de su alcance.

La realidad es que demasiados “Noes” transmitirán un mensaje negativo a nuestros hijos.

Lo ideal es que exista un balance entre el “Sí” y el “No”, o mejor aún, que aprendamos a decir “No” a los niños de forma positiva, es decir, sin pronunciar la palabra “No”.

Y es que, decir no a los niños sin decir no es algo posible, y además mucho más beneficioso para ellos. ¿Por qué? Así los niños entenderán y comprenderán mejor el sentido de las normas que ponemos, serán más responsables para conocer que los actos tienen consecuencias, actuarán de forma más autónoma, tendrá una mejor autoestima, habrá más armonía en casa, mejorarán sus habilidades y descubrirán sus capacidades evitando berrinches, rabietas, gritos y enfados.


1.- Ejemplo

Educando con el NO - “No” rompas ese carrito

Educar sin el NO - Cuida ese carrito si quieres jugar con el de nuevo.


2.- Ejemplo

Educando con el NO - “No” pegues a tu hermanito.

Educar sin el NO - Si pegas a tu hermanito no querrá jugar contigo.



Ayúdale a tomar consistentemente su siesta diaria o a tener un espacio de descanso.

Es importante que los niños en esta etapa tomen su siesta. Si se rehúsa puedes invitarlo a tener un espacio de descanso diciéndole por ejemplo, que pueden acostarse juntos en su cama a leer su cuento favorito.


Mantener estrecha comunicación con profesores o educadores.

Para detectar problemas de comportamiento que pudieran pasar desapercibidos.



Evite los desacuerdos.

No discutan sus problemas de padres delante de sus hijos hasta que hayan hablado ustedes del problema y lo hayan resuelto en privado. Eviten expresar sus desacuerdos en presencia de ellos

“Si mis padres no son capaces de ponerse de acuerdo, eso quiere decir que soy libre de creer y hacer lo que quiera”, pensó un niño cuando veía que sus padres discutían.

Los niños no solo imitan la conducta de sus padres, si no que aprenden a expresarse con un tono, volumen y modo parecidos. Esto explica por que tantos niños terminan actuando igual que los mismos padres.


Ideas que ayudan en esta etapa.

Leer juntos, libros en que los personajes muestran sus emociones y el niño pueda identificarse con ellos. Pensar entre los dos en soluciones creativas para que los personajes superen su tristeza, enojo, rabia etc.…

Relacionar sus sentimientos con los demás. Decirle por ejemplo, tus amigos se ponen tristes cuando no les prestas tus cosas o tus hermanos están alegres cuando juegas con ellos, para que de este modo vea que no es un ser independiente y aislado de los demás.

Sentarse con él frente a un espejo y hacer caras que expresen ciertas emociones para que vaya aprendiendo a identificar ciertos signos externos de emociones en él y los demás.
































Mi Consejo

Una pataleta no es una manipulación a menos que tú lo permitas. A menudo, la pataleta ni siquiera es consecuencia de algo que acaba de pasar, tal vez es la liberación de frustración acumulada durante días por tratar de hacer lo correcto y aprender a ser una personita socializada.

Este artículo no es la solución para cada pataleta, como Madre y Padre, ustedes tienes el control mantengan la calma. Si te das cuenta de que estás enojado, molesto, frustrado, irritado, etc, entonces trata de salir de esa situación y calmarte antes de intentar calmar al niño enojado.

Como madre o padre, no tienes que aceptar los comportamientos groseros o hirientes y debes establecer límites, pero sé consciente de lo que es normal para la edad de tu hijo. Recuerda que esta etapa pasará. La mayoría de niños superan el hacer pataletas con el tiempo cuando aprenden otras formas de comunicación eficaces tu trabajo es guiar y amar a tu hijo a través de ella.



¡ADVERTENCIA!

Solicita ayuda si fuera necesario, si has puesto en práctica las estrategias que te hemos mencionado y sigues teniendo experiencias de mal temperamento infantil, Y las explosiones de tu hijo son muy severas, prolongadas o frecuentes puede ser un signo temprano de algún disturbio emocional. Si también tu hijo tiene desmayos e intentos permanentes de contener la respiración durante la pataleta, debes buscar ayuda profesional para comprender a tu hijo o hija y trabajar con él o ella.

Niños con dificultades de desarrollo pueden necesitar la ayuda de un especialista. Explícale al especialista las experiencias que tú y tu niño está teniendo. Coméntale las tácticas que has usado y como han funcionado cada una de ellas. Un profesional puede tener otras alternativas o quizás recomiende evaluaciones adicionales.



 
 
 

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